El Sauzal está situado en el nordeste de la isla y limita con los municipios de Tacoronte, El Rosario, Candelaria y La Matanza de Acentejo. Con una superficie de 18,31 kilómetros cuadrados, ocupa el puesto veintinueve insular y el cincuenta de la provincia en extensión. El trazado de la TF-5 (autopista del norte) lo divide en dos partes bien diferenciadas: Ravelo, ubicado entre la autopista y la cumbre central de la isla, y el casco, entre la TF-5 y el mar. La topografía es accidentada, con pendientes más o menos pronunciadas según los sectores, que bajan desde los 1507 metros de la elevación conocida como Cabeza de Toro, cota máxima del municipio, hasta el nivel del mar. A medida que se desciende en altitud, discurren media docena de barrancos que surcan el municipio en dirección sudeste-nordeste, dejando entre ellos espacios llanos dotados de suelos fértiles, sobre todo entre la autopista y la cota 1000. En la zona de La Baranda se halla una pendiente más pronunciada que en la mayor parte de la zona media. El Sauzal registró en 2022 una población de 9005 habitantes censados.
Su capital municipal se encuentra en el casco urbano, a 322 metros sobre el nivel del mar. El nombre del municipio se debe a la gran cantidad de sauces (Salix canariensis) que existían en la zona. El territorio en el que se asienta fue habitado por los guanches como parte del reino o menceyato de Tacoronte. Estos eligieron las zonas costeras para sus asentamientos, como lo demuestran las doce cuevas de habitación halladas por los arqueólogos en la zona del Risco de los Ángeles, en Las Breñas. En 1768 se constituyó el primer Ayuntamiento de El Sauzal, merced a las reformas del rey Carlos III, quien creó los cargos públicos de síndico personero, diputado del común y fiel de fechos para los lugares que contaran con alcalde real; estos eran elegidos por los propios vecinos mediante sufragio censitario. En 1812, El Sauzal se convirtió en municipio independiente sobre la base de la nueva organización municipal surgida de la Constitución de Cádiz, y se consolidó como tal a partir de 1836 al dotársele de poder económico. El Gobierno de Canarias le otorgó el título de villa el 31 de mayo de 1985.